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El salmón; hábitat y morfología
El salmón común, o salmo salar, confundido a menudo con el reo, es un pez de la familia de los salmónidos. Su cuerpo, que es fusiforme, está plagado de escamas redondeadas de pequeño tamaño, a excepción de ciertas zonas de la cabeza. Mide alrededor del metro y medio cuando son adultos, pesando hasta 36 kilogramos, mientras que no pasan de los 20 cm cuando se consideran alevines.
Su color es cambiante en función de si se encuentran en momento de reproducción, que pasan del verde azulado con cubierta en plata al marrón rojizo y verdoso con motas anaranjadas e incluso rojizas. Los más pequeños destacan por su moteado de color morado, salpimentado también con algunos puntos rojos.
Cuenta con aletas dorsales y anales así como con radios blandos. Podemos conocer la edad de cada ejemplar debido a que cuentan con anillos de crecimiento. Tiene una mandíbula prominente y engarfiada. Esta especie es muy escurridiza, nadando corriente arriba hasta a 6.5 km/h y dando saltos de casi cuatro metros.
Cuando son pequeños y se encuentran todavía en agua dulce, toman crustáceos, insectos acuáticos y moluscos. Al desplazarse al mar su dieta cambia, obviamente, y toman varias especies de peces de gran tamaño para crecer rápido y también gambas y calamares.
Como curiosidad, saber que esta especie sirve para comprobar fácil y rápidamente si las aguas se encuentran en buen estado, pues son esta es muy sensible. Además, podemos afirmar también que se trata de un pez que nos acompaña desde hace milenios, pues ya servía de alimento al hombre del Paleolítico.
Los salmones son propios del océano Atlántico, encontrándose tanto en la costa este de América del Norte como en la de Europa occidental, donde se pesca el salmón noruego, tan apreciado por nuestros paladares. También son propios de los mares Báltico, Mediterráneo y Negro, aunque en estos dos últimos no hay tantos ejemplares del salmón común como al norte. Mencionar que el hombre ha introducido con éxito esta especie en países donde no correspondería como Argentina, Suiza, Chile, República Checa o Nueva Zelanda.
Vas a encontrar salmones en agua dulce y también salada. Ello dependerá de su edad y, por ende, de su tamaño. Al nacer, lo hacen en ríos, si bien, conforme crecen, migran para vivir en el mar. Sólo vuelven al río, a su lugar de nacimiento, remontando su curso, para procrear y, a menudo, es aquí donde mueren. Otras especies muy bien valoradas son el salmón plateado, el salmón rojo, el salmón real y el salmón rosado.
Mejores lugares para pescar salmones en España
Más allá de encontrarlos en Alaska o Noruega, donde prácticamente cualquier persona te sabría decir que hay salmones, disfrutamos, en nuestro propio país, de algunas zonas interesantes, como Asturias o Vizcaya.
En primera instancia tenemos que recordar que en nuestro país (España) se practica una pesca sostenible de esta especie, sin muerte y con cupos y dimensiones establecidos por una normativa de pesca fluvial que se modifica cada año según las circunstancias en las que se encuentra el salmón en nuestras aguas, pues, por desgracia, el número de ejemplares en España y alrededores se reduce cada vez más debido, en gran medida, a que las precipitaciones son cada vez menores y a la captura incontrolada de los años 90, que mermó considerablemente la población.
Sabido esto, sólo nos queda indicar cuáles son los mejores lugares, en nuestro país, en los que podemos encontrar piezas de salmón. Asturias es una comunidad famosa en cuanto a la pesca del salmón. Existe incluso un concepto, «el campanu», indicado para referirse al primer ejemplar cogido cuando comienza la temporada. El fenómeno se ha ido extendiendo y lo encontramos también, aunque sea menos conocido, en Galicia, País Vasco o Cantabria.
Si te decides por Asturias, los ríos Sella, Cares, Narcea, Esva, Canero, Eo, Navia y Nalón son los que más ejemplares te darán, sobre todo los dos primeros. En Galicia tenemos el Miño poblado de salmones. El Tea es un río de vital importancia para esta especie, pues en él se llevan a cabo tareas de repoblación. Por ello, la pesca con muerte está terminantemente prohibida.
El río Ulla sí permite la pesca con muerte, en temporada, con un máximo que se establece anualmente. Los cotos A Estrada y Ximonde son realmente bellos y en ellos encontrarás mucho más que salmones. En Cantabria destacan el Miera, el Asón y el coto salmonero Puente Viesgo, donde se encuentra el río Pas.
Finalmente, el País Vasco nos ofrece lugares como el río Bidassoa, aunque en él necesitas de una tarjeta especial. Otras opciones eran los ríos Oria, Oiartzun, Urola y Deba, aunque ya no es legal hacerse con piezas de estos.
La pesca del salmón; trucos y consejos que sí funcionan
La pesca del salmón no es muy diferente de muchos otros tipos de pesca. Veamos qué consejos, breves y sencillos, pueden ser los más adecuados a la hora de hacerte con algunos ejemplares de esta bella especie.
- Cautela: Dado el carácter nervioso, tímido y asustadizo de esta especie, nuestro mejor consejo es que tengas mucha cautela y actúes despacio, tranquilamente y perseverando. Se trata de un animal difícil de pescar por este motivo.
- Cebos: El mejor cebo para salmones es la hueva, sin lugar a dudas. También son muy eficaces la mosca y el gusano. En el caso de preferirlo artificial, el señuelo ideal es el hilandero.
- Tamaño de la mosca: Existe una tabla que nos indica qué tamaño debe tener la mosca a utilizar según sea la temperatura del agua. Cuando estés desenvuelto verás que no necesitas consultarla pero para empezar suele ser la mejor opción puesto que nos sirve de guía sobre cuál es la mosca más exitosa en la mayoría de los casos. Para aguas frías, de 8 y 9 grados, la talla será la 2; dos grados más requieren de una talla 4; de los 12 a los 14 optaremos por una talla 6; si el agua está a 15 o 16 grados, elige una 8; entre los 17 y los 19, lo mejor será optar por una talla 10; para aguas a 20º C, elige la talla 12.
- Spinners: Los salmones son muy asustadizos por lo que requieren de un cebo realmente atractivo para atreverse a acercarse. Un recurso ideal para ello es el spinner, una cuchilla giratoria de metal que, con su movimiento,atrapa la luz en la carnada, creándose un destello que emula el que produciría el reflejo de la luz en unas escamas, de manera que el animal es engañado creyendo que el cebo se trata de un pez.
- Drift: Otra manera de hacer ver el cebo natural es optando por la pesca tipo drift. Esta consiste, básicamente, en hacer el lance aguas arribas para que el hilo baje con la corriente y parezca, por tanto, que se trata de algún animal en movimiento.
- Pesca upstream: Siguiendo el mismo método, se puede optar por este tipo de pesca. Debes colocarte por debajo de los salmones y lanzar en abanico, de manera que el cebo se mueva naturalmente hacia a ti y el salmón lo persiga, acercándose.
- Pesca en su zona de caza: Otra opción muy buena donde pescar es la zona en la que ellos comen. Estas son aquellas con flujos rápidos o bien zonas de salida al mar de gran profundidad, con guijarros y grava.
- Lanzado triple: Como esta especie no se ve, debemos pescarla a ciegas. Por este motivo, será necesario que hagamos, como poco, tres lanzados, cara arriba, cara abajo y perpendicular.
- Anzuelos afilados: Es necesario que, para pescar salmones, uses ganchos muy bien afiliados, sino, es posible que estos no se claven adecuadamente en la mandíbula por ser esta bastante gruesa.
- Aparejo potente: Una ligera caña de tres metros, con punta flexible y un gran carrete son esenciales para lidiar con el movimiento del salmón.
- Tiempo poco soleado: La luz no es amiga de este pez. Por ello, las mejores jornadas serán las de días nublados, o bien en los amaneceres y atardeceres. En caso de que te salga un día de sol, saber que es más difícil pero no imposible;las piezas estarán, simplemente, algo más al fondo.