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Los meros, hábitat y morfología
Cephalopholis argus, comúnmente conocido como mero o cherna. Este es el nombre de uno de los 20 tipos de peces distintos que pertenecen a la rama Epinephelinae, dentro de la familia de los perciformes. Se trata de una especie que habita en aguas saladas, sobre todo en las profundidades. Con un aspecto contundente y prominente, es uno de los más pescados por los amantes del sedal en mares.
Es de color marrón, aunque repleto de unas manchas de color blanco por casi todo su cuerpo. Su cabeza, bastante grande y con dos ojos que sobresalen, está rematada por una potente mandíbula en la parte inferior que utiliza para alimentarse de otros peces más pequeños y, sobre todo, de pulpos, además de aplastar crustáceos que encuentra en las profundidades marinas para poder comérselos.
Las dimensiones más grandes que se han podido registrar son de algo más de 1,70 metros de longitud y un peso total que supera los 150 kilogramos. Aunque su mayor peculiaridad no reside en su tamaño, su alimentación o su forma, sino en su sexo. El mero es una especie hermafrodita que, cuando pasa de los 12 años aproximadamente, cambia para pasar de hembra a macho. Teniendo en cuenta, además, que su longevidad puede prolongarse hasta los cincuenta años, tiene un ciclo de vida bastante largo y particular.
De naturaleza solitaria, siempre se le encuentra en las profundidades, pudiendo ser desde los 20 a los 200 metros de profundidad en aguas marinas. Se le conoce por ser extremadamente territorial y extender su zona de caza a un medio kilómetro a la redonda aproximadamente alrededor de su guarida, que normalmente suele ser una oquedad en las profundidades, sobre todo en zonas escarpadas, cerca de acantilados.
La pesca del mero, trucos y consejos que si funcionan
Para encontrar meros, se habla mucho de recurrir al océano Atlántico; pero también se han encontrado numerosos ejemplares en las aguas del mar Mediterráneo. Para conseguir pescarlo, vas a necesitar un buen plomo y mucho carrete, ya que siempre se encuentran en las profundidades, además de cebo como peces o cangrejos.
Es importante tener en cuenta que es un animal que gusta de tener una guarida en la que esconderse y tener como centro a partir del cual salir de caza, aunque es capaz de establecer varios lugares dentro de su radio de acción para tener cobijo en caso de amenaza. Suele estar en arrecifes, zonas repletas de rocas o que tengan incluso escombros. Puedes probar en espigones cercanos a puertos o muelles en general, ya que también aprovechan estas zonas para esconderse.
La época adecuada para capturarlos es la que va desde septiembre hasta marzo. Los meses más fríos del año y lo mejor, si de verdad se quiere conseguir una cantidad importante de estas criaturas, es adentrarse bastante en las aguas para fondear al máximo posible utilizando los cebos que hemos mencionado antes. Si, además, notas que pica pero parece que tu hilo se ha enganchado con algo, deja de tirar por unos segundos. Es bastante probable que el pez haya vuelto a su guarida y no deje de tirar hasta que se siente seguro. Aprovecha el momento en el que flojee para volver a recoger y cansarlo.
Mejores lugares y materiales para pescar meros gigantes!
Como ya hemos indicado, es un pez que se encuentra en las aguas del Atlántico y del Pacífico, como también del Mediterráneo. Para poder encontrarlo hay que buscar en lugares que, además de tener una buena profundidad, tengan una pared vertical cercana, ya que ahí es donde es más que probable que el mero establezca su hogar. Este animal suele tener guaridas establecidas en estos lugares, con túneles interconectados y alguna zona donde poder permanecer escondido en caso de estar en peligro.
Para conseguir las mejores capturas, se recomienda tener una embarcación y avanzar bastante para llegar a zonas con una profundidad notable. Esta especie es capaz de vivir en zonas a 200 metros bajo el nivel del mar, por lo que no hay que cortarse a la hora de buscar los lugares con las profundidades más importantes. Los especímenes macho, además, suelen ser los más grandes y los que se mueven en aguas más profundas.
Necesitas una caña con una longitud de entre 4 metros y 4 metros y medio, como también capaz de resistir una potencia de entre 150 y 300 g. Del mismo modo, el carrete ha de ser grande y contundente, pensado para llevar un sedal con un diámetro de 0,60-0,80 mm, el adecuado para este tipo de pez, y una bobina con una longitud de unos 300 metros o incluso más. Si eres fan de la pesca submarina, debes leer esto, ya que es la técnica predilecta para este tipo de especie.
Anzuelos altamente resistentes y de tamaño considerable, capaces de aguantar la fuerza de las mandíbulas del pez; y cebos como sardinas, calamares, cangrejos o incluso restos de pulpos, uno de los alimentos favoritos del mero, es lo que debe rematar tu equipo para poder pescarlo.
Vídeo de pesca submarina con las mejores capturas de meros gigantes!

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