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El pulpo, hábitat y morfología
El pulpo es una de las criaturas más extrañas y peculiares que se pueden encontrar en el mar. Uno de los moluscos más famosos y populares por su complexión, su extraña forma y por tener unas propiedades y habilidades totalmente distintas a lo que se puede encontrar en las profundidades marinas.
Todos, en cierto modo, sabemos cómo son estos animales. Posee una cabeza ubicada en la parte central de su cuerpo, de la que salen ocho tentáculos que convergen en una zona palmeada. En su cabeza, además, contienen tanto el cerebro como la boca, que se encuentra en la parte inferior y consta de una cavidad con un pico fuerte, duro y afilado que utilizan para romper todo aquello que comen. En la zona trasera del cuerpo tienen, también, un sifón con el que lanzan la tinta que usan para escabullirse en caso de detectar una amenaza.
En España, la especie más conocida es el pulpo común. Esta familia habita tanto en el mar Mediterráneo como en el Atlántico oriental, por lo que puede encontrarse en las costas si se realiza una búsqueda intensiva. Por lo habitual, su tamaño total es de 1 metro aproximado y suele rondar los 3 kilogramos aproximadamente. No obstante, las especies más raras, como el pulpo gigante del Pacífico, han logrado alcanzar una longitud de casi 5 metros con sus tentáculos y pesar hasta 70 kilogramos.
En lo referente a su hábitat, son seres de agua salada y, como hemos señalado, habitan en el Mediterráneo y el Atlántico. Suelen moverse tanto por zonas superficiales como por profundidades, llegando a encontrarse a más de 100 metros de profundidad. Su actividad se realiza sobre todo por las noches, permaneciendo escondidos durante el día en cavernas, en grietas o incluso entre rocas, camuflándose gracias a una de sus tantas capacidades.
La pesca del pulpo, trucos y consejos que si funcionan
El pulpo es un animal muy inteligente, sobre todo cuando se trata de protección y de cazar. Es capaz de simular el comportamiento de otros peces o cambiar de color para camuflarse y evitar ser devorado o, por el contrario, para poder devorar los crustáceos, peces y bivalvos de los que se alimenta. Por eso, hay que saber bien cómo ir a por él para que la pesca no sea un fracaso.
Para atrapar a este animal, lo mejor es ir en su busca en los meses más fríos. Buscarlo en el periodo comprendido entre diciembre y abril significa una mayor tasa de éxito, siempre y cuando se vaya en los meses contemplados por las leyes de cada comunidad.
Las técnicas que mejor funcionan son el uso de pulperas y algún cebo que emane olores fuertes. Los pulpos se sienten muy atraídos por el olor de la comida, por lo que utilizar sardinas u otras cosas más extrañas como son las longanizas o las patas de pollo como cebo y como señuelo es la mejor manera de hacerlos salir de su escondrijo. También, es importante ir a buscar en zonas con muchas rocas en el fondo, ya que es donde suelen esconderse para cazar o pasar desapercibidos. En este sentido, lo mejor es ir en barca para rastrear fondos y encontrar los mejores sitios.
Otra opción, también, es buscar en rocas cercanas a espigones que se encuentren casi al comienzo de la orilla. Si se dejan ahí las pulperas bien preparadas con cebo suficiente, no tardarán en morder. En caso de que este método no funcione, prueba a pintar la pulpera de color blanco (si ha perdido color por el desgaste), los pulpos sienten auténtica debilidad por el blanco, por lo que incluso usar un trapo como señuelo hace que se acerquen en un peligroso alarde de curiosidad.
Mejores lugares y materiales para pescar pulpos
Para pescar pulpos, tienes dos opciones, o bien recurres a una barca para poder moverte con mayor libertad por el agua, o bien te acercas a alguna zona portuaria o un espigón. Incluso si eres aficionado a la pesca submarina, puedes optar por este estilo para poder atrapar a estos cefalópodos. Hay que recordar que, durante todo el día, estos animales se esconden siempre en fondos rocosos o en cuevas o grietas, por lo que las zonas de dichos espigones son las más recomendables para capturar alguna de estas piezas.
No necesitas una caña de pescar ni nada similar para hacerte con ellos, si usas pulperas lo vas a tener muy fácil. Estos artilugios, que consisten en una tabla de color blanco con varios anzuelos para asegurar el enganche al animal y con una cuerda para poder tirar en caso de picar. Es importante atar en ella cualquier tipo de cebo que entre dentro de su dieta. Un pescado que brille bastante, incluso alguno en el que haya matices de blanco (ese color que tanto llama la atención al pulpo), puede ser más que suficiente.
También hemos mencionado antes la importancia de los olores. Utilizar un señuelo que posea un olor fuerte, como una sardina, hace que se animen más a salir de donde estén escondidos para comer y, por lo tanto, caer en tu trampa.
Es muy difícil detectar a estos animales debido a su capacidad para camuflarse con el entorno, por lo que, en cierto modo, hay que guiarse por el instinto y por la experiencia de otros pescadores de la zona. Por norma general, los espigones son buen sitio debido a su estructura y a la formación de oquedades en su zona sumergida. Estas son la otra gran debilidad del pulpo, ya que le encanta permanecer en las sombras durante el día para salir a cazar de noche.
De hecho, en este tramo del día es cuando hay una mayor libertad para buscarlos. Alejando un poco de las rocas y, siempre, con una pulpera en el agua, es posible conseguir que piquen, ya que es cuando salen a cazar y están más dispuestos a morder aquello que le llame la atención, siempre y cuando no le resulte sospechoso. Recordemos que son muy inteligentes y que, cualquier atisbo de peligro, les hace huir tras una nube de tinta.
Vídeo: Pesca submarina, pescando pulpos ¡Impresionante!
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