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¿Cómo pescar sargos y mojarras a boya o corcho?
En esta ocasión vamos a dedicar a hablar sobre la pesca a corcheo de sargos y mojarras, una modalidad y unos peces que atraen a miles de aficionados a toda la costa, pues deparan no sólo oportunidades de lograr grandes capturas, sobretodo en la costa norte de España, sino de pasar muy buenas jornadas de pesca con un gran número de picadas, pues tanto las mojarritas como los sargetes suelen responder muy bien al engodo del roquedo y a la acción de corcheo con caña de pulso sin carrete. Posiblemente sean estos los peces más buscados en las costas norteñas de España por pescadores de todas la edades, y más antes, cuando una gran mayoría salía de pesca casi exclusivamente con caña de corcheo, y frecuentaba prácticamente todo el año al espigón del puerto, los rompeolas de las playas y esas bellas puntas rocosas a modo de salientes naturales en numerosas calas.
Es más, aunque disfrutamos enormemente del deporte de la pesca y de estos peces con nuestros equipos de surfcasting en fondos de arena y mixtos, creo que tanto mojarras como sargos cumplen perfectamente con lo que el pescador a corcheo busca en sus excursiones de pesca:
- Entretenimiento
- Número de capturas
- Emociones y disfrute
Añadiendo a todo esto a lo que yo denomino «meditación corchera»; nos mantenemos ensimismados mientras corcheamos que nos olvidamos por un buen rato de todo lo que rodea a nuestras vidas habitualmente, que no es poco con lo que está cayendo. Así que aquí van algunos trucos y recomendaciones por si te animas a sacar tu caña larga y a preparar unos cuantos aparejos, con tu cubo de engodo, tu cubo de capturas y tus cebos. Vamos allá!
Estado de la mar para la pesca del sargo y mojarras a corcho
Realmente no hay que estar pensando en espumeros amplios en todo momento, porque esto no se da siempre en toda la costa; es cierto que la costa cantábrica y atlántica podemos encontrar espumeros con frecuencia, y en estos escenarios podremos lograr las mejores capturas, sin embargo en la costa mediterránea y atlántica andaluza estos espumeros son muy puntuales. Tanto mojarras como sargos están presentes en los roquedos de forma permanente, según las condiciones del momento, la claridad y el movimiento de la mar estarán mas cerca de las rompientes o más en el fondo, incluso metidos en sus grietas y cuevas. No dudes en salir a corchear, pues merece la pena aunque la mar tenga poco movimiento, salvo en días de aguas excesivamente calmadas y tras varios días así, lo que sería el peor escenario.
Con un poco de espuma es como mejor se localizan los buenos puestos; busca una zona donde entren un poquito las olas, y fíjate bien en la configuración de las rocas del espigón, de los bloques; como ahora veremos hay signos que marcan si ese lugar tiene opciones o no de pescar buenos sargos y mojarras. Pero no renuncies a corchear por una mar calmada y transparente, si eliges bien el lugar y engodos con talento, la acción del reflujo o de una corriente de salida puede provocar que en un rato acudan un buen número de sargos o mojarras, seguramente no muy grandes, pero a veces son los «palmeros» los que dan más juego en esta pesca.
Elegir el mejor puesto de pesca para corchear con éxito
Sobre todo buscaremos zona donde podamos calar a buen fondo, que tengan alguna que otra roca a modo de saliente y donde observemos que hay entrada de agua con espuma y salida de la misma en otra dirección; es lo que se denominan las «coladas» Este movimiento de agua marca diferencias importantes para atraer a los peces a rebuscar comida allí, pero sobre todo para extender nuestro engodo de forma eficaz. Intenta no buscar puestos donde exista mucho fondo pero no puedas calcular qué hay bajo el agua; si es una poza muy honda sin más rocas ni movimiento de agua raro será que sea un puesto de pesca productivo salvo casos puntuales.
Igualmente debes dejar de insistir en esos puestos cómodos en los que todo el mundo pone su silla de la playa en la misma roca plana; esos puestos están muy rebuscados, te toca investigar y descubrir «tu» mejor puesto, que a veces está donde todos los demás pescadores renuncian a probar. Diría que lo fundamental es que entre mar y salga mar en una zona con rocas a varias profundidades alcanzables con tu aparejo; hay que buscar una zona en la que el mar entre un poquito y salga con fuerza esa misma agua, ahí rebusca seguro, ahí entran los peces a buscar comida, y ahí es donde mejor dinámica de pesca va a poder mantener nuestro aparejo de pesca, y donde mejor va actuar nuestro engodo.
No te obsesiones por la profundidad, insisto, mejor que buscar zonas muy profundas es buscar zonas con alegría en el agua.
La pesca del sargo y mojarras a fondo con caña en mano
No basta con calar el aparejo en el fondo, eso es lo que hacemos en los comienzos, cuando parece que todo radica en poner el aparejo en el agua y esperar como hipnotizados a ver sí hay movimientos, ondas alrededor del corcho de pera pintado de color rojo, pero no, eso está bien para comenzar, pero cuando ya vas con otra intención, conociendo esta modalidad de pesca, descubres que no basta, que al aparejo hay que darle vidilla. Si queremos lograr buenas capturas de sargos y mojarras hay que procurar calar el aparejo de pesca con suavidad en una zona en la que sea el movimiento del agua el que se lleve el aparejo hacia el lugar donde calculamos que pueden estar comiendo los peces.
Te aseguro que esta es la forma de subir de nivel, de ir avanzando y poniendo tu aparejo cada vez en mejor disposición de pesca en el lugar adecuado, así que olvida lo de calar justo encima de donde sabes que están o pueden estar los peces, no golpetees más la superficie ahí, hay que valerse de la mar, cala unos metros separados, y deja que la corriente o la colada del puesto atraiga o mueva tu aparejo, así el cebo llegará a los peces de forma natural, como le llega la comida en esa zona, y entonces es cuando entran sin miramientos.
Para ello antes de pescar debes descubrir el movimiento del agua en ese puesto.
En las corrientes de entrada y los reflujos está la diferencia entre capturar o no; ojo, que hay días que buscas el mejor puesto del mundo y los peces están con la boca cerrada, pero la pesca es así. Salvo circunstancias como estas, buscando con talento una zona en la que entra agua en forma de manga o con olas que rompan, pero que metan mucha masa de agua entre las rocas, podemos tener éxito. Esta entrada la denominamos corriente de entrada; mueve mucha agua ante la rompiente y hace que nuestro corcho suba y baje constantemente, lo que facilita que los peces, una vez engolosinados con el engodo, tomen el cebo cuando se va hacia arriba, provocando una picada instantánea; esta misma masa de agua que entra es la que sale al romper.
Esta salida la denominamos reflujo, y nos permite tener calado para nuestro aparejo de entrada y de salida, pues en esta zona también se meten las mojarras y los sargos a buscar lo que el agua saca de las rocas. Será un punto fuerte para engodar, ya que una palada de engodo ahí se reparte a muchos metros de distancia, y los peces entran a contracorriente buscando el comedero.
Mejor material para pescar sargos y mojarras
Sedales de pesca finos si nos movemos en zonas donde lo habitual sean las capturas pequeñas o alguna mediana en cuanto a sargos o mojarras, lo habitual en la mayoría de pesqueros para corchear a pulso no necesitamos sedales gruesos, nos movemos por debajo del 0,30 y cerca del 0,20 mm de diámetro, según pesqueros y según el atrevimiento del pescador, pero es cierto que a mayor claridad del agua y mayor quietud menor debe ser el calibre de nuestro sedal. Corchos y flotadores hay para aburrir, desde lo más estilizados procedentes del diseño para la pesca en agua dulce hasta los más tradicionales boyas de tipo pera, siempre equilibrando el corcho con el plomo. Merece la pena dedicar un rato a calibrar correctamente, calculando el lastre ideal para cada corcho según la mar y el cebo que usemos, así podremos llevar preparados varios aparejos para ir cambiando según necesitemos.
El anzuelo de pesca no puede ser pequeño por dos motivos, primero porque debe proporcionar un buen clavado en peces grandes, y segundo porque para pescar con masilla, que es lo habitual necesitamos un anzuelo de tamaño suficiente para que pueda sujetar bien la bolita de masilla. Entre el número 2 hasta el 6 hay donde elegir, según sean los peces habitualmente de nuestra zona, pero no te pases con anzuelos pequeños, dificultan el clavado y facilitan que se los traguen demasiado los peces más grandes.
Un toque o picada viene determinado por el tamaño del pez y por el momento; con aguas muy calmadas y poca actividad se sucederán los toques, pero pueden escasear las picadas directas, entre otros motivos porque las mojarritas que se acerquen suelen ser pequeñas y no pueden llevarse el cebo de un tirón. Ante esto hay quien se desespera y comete el error de poner los anzuelos más pequeños para aprovechar los pececillos que entran. Hay que engodar a mayor distancia aprovechando la salida de los reflujos para intentar atraer mojarras y sargos de mayor tamaño. Pensemos que cuando hay muchos toques es que hay movimiento de pececillos, y esto atrae a peces más grandes. Engodemos, mantengamos el tamaño del cebo y esperemos acontecimientos. Si paran de golpe los toques atentos, porque puede ser que estas mojarritas se marchen porque entran peces mayores, o alguna lubina o baila, y sin buscarlo, lo mismo la recompensa es mayor.
El mejor cebo para pescar mojarras y sargos
El secreto de esta técnica es el enogodo, más allá de los cebos o del propio equipo, incluso que el puesto, podemos buscar un lugar bueno, ofrecer los mejores cebos, tener un equipo equilibrado y muy eficaz, y lógicamente podremos llegar a capturar peces, pero si engodamos las posibilidades aumentan en tamaño y cantidad. Pero ojo, no todo radica en tirar pegotes de masilla al agua, para engodar de forma efectiva hemos de basarnos en pastas muy líquidas y muy finas; lo que debemos conseguir es crear una estela que vaya desplazándose con la salida del reflujo o la salida del agua que entra a la rompiente, con ello podemos conseguir reclamar a las mojarras y sargos que están dispersos por la zona, o merodeando por el fondo.
Para estos peces funciona muy bien los engodos de calamar o pota, de marisco de la zona, de sardina y de aceites o pastas basadas en conservas. Se trata de conseguir una masilla muy triturada y diluir al punto exacto para que se reparta muy rápido y navegue con el reflujo, así los atrae y no consiguen comer, despertando más su interés por los cebos que van a encontrar, entre los que destaco por su probada eficacia la masilla de sardina, el camarón vivo o la tira pequeña de calamar.
Vídeo espectacular de como pescar sargos en acantilados
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