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¿Que son las redes de pesca y para que sirven? Definición
Su nombre lo dice todo, la red de pesca es ni más ni menos que un conjunto de hilos que se encuentran tejidos o amarrados entre sí para formar una malla y, a su vez, quedan también atados a una relinga inferior con plomos y a una superior repleta de flotadores. Su finalidad no es otra más que capturar peces o diferentes especies acuáticas, normalmente marinas. Podemos encontrar dos categorías principales.
Las redes pasivas conforman una. Son aquellas que aprovechan el comportamiento de los peces para que sean ellos los que acaben quedando atrapados sin tener que hacer nada más que colocarlas. Por otra parte, tenemos a las redes activas, que se utilizan de forma que hay que perseguir o dirigir a las especies para que caigan atrapadas.
Estas dos son las ramificaciones principales que cualquiera encuentra cuando habla de una red de pesca; pero hay muchos tipos más que conviene conocer para saber bien cómo y qué usar en función del tipo de presa que se busca o la técnica que se quiere emplear.
De hecho, en los diferentes países de todo el mundo podemos encontrar modelos distintos con nombres diferentes, pero todas con unos sistemas muy similares. El arte de la pesca es tan antiguo que estos mecanismos apenas han variado con el paso del tiempo. Lo único que han hecho ha sido modernizarse para aprovechar los avances de los tiempos modernos con el fin de obtener una mayor tasa de captura y, sobre todo en el ámbito industrial, mejorar la productividad.
¿Que tipos de redes de pesca hay?
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Como decíamos, los tipos de redes varían según el animal que se quiere pescar, además de su hábitat, la técnica a emplear y su composición. En este sentido, encontramos un total de 7 redes de pesca diferentes:
- Sencillas flotantes o de deriva
- Sencillas de fondo
- Sencillas de tiro
- De tiro con copo
- De batir
- Con armazones
- Mixtas o compuestas
Todas con características diferentes, pero siempre con el mismo objetivo: servir para mejorar la captura de peces. A continuación, vamos a explicar todas y cada una de ellas, ofreciendo además algunos ejemplos de redes que forman parte de sus correspondientes categorías. Hay muchas diferentes, pero todas quedan agrupadas en los siguientes nombres que vamos a dar.
Redes sencillas flotantes o de deriva
Este tipo de red es como una especie de cortina que flota en el agua de forma vertical a la superficie y que las criaturas marinas apenas pueden ver. Los materiales de los que está hecha y su disposición la convierte en algo prácticamente invisible incluso para el ojo humano cuando está dentro del mar.
Flotando a la deriva, como indica su nombre, gracias a las corrientes marinas, capturan todo tipo de especies acuáticas. Desde tortugas hasta aves, focas, tiburones y peces de toda clase caen atrapados por estas mallas, aunque las especies a pescar son algo que queda más o menos determinado por el ancho de la malla, que puede dejar pasar a los especímenes más pequeños.
Es importante señalar que no pueden superar una longitud máxima de 2 kilómetros y medios por cuestiones legales. Recurrir a unas de tamaño mayor es algo penado, aunque hay pescadores que utilizan algunas de hasta 50 kilómetros, que flotan por mares y océanos. Dentro de esta clasificación podemos encontrar las sardineras, los jeitos o los sardinales.
Redes sencillas de fondo
Las redes sencillas de fondo son muy similares a las flotantes, con la diferencia de que uno de sus extremos está anclado al fondo marino. De esta forma, si pensamos en sus cuatro esquinas, tenemos las dos superiores atadas a unas boyas que las mantienen en flotación y las dos inferiores conectadas al suelo marino para extenderse.
Se utilizan sobre todo para atrapar a las especies que habitan a una mayor profundidad. Cuando el pez es demasiado grande como para atravesar la malla, a medida que trata de escapar va quedando más y más atrapado, hasta el punto de que no puede salir por quedar totalmente enredado.
El tamaño de la malla es lo que sirve para determinar la especie a atrapar, en función de su tamaño. Aún así, es propensa a realizar capturas accidentales, como por ejemplo de tortugas u otros animales que suelan moverse por las profundidades marinas. Aquí, podemos ver varias como las corbineras, los raseos, los rasquiños o los cazonales.
Redes sencillas de tiro
Este tipo de red se caracteriza por tener un planteamiento similar a la flotante. Es decir, cuenta con unas boyas atadas y conectadas a la parte superior para mantenerla a flote pero, a diferencia de las de fondo, no quedan totalmente pegadas al suelo marino, sino que cubren una profundidad que puede ser variable.
Lo normal es que, en lugar de recogerse a través de una embarcación, o recurriendo a varias, como en el caso de las de arrastre; la red de tiro se extraiga desde la costa, aunque no implica que no se pueda hacer también desde barcos. Así, tras pasar unas cuantas horas colocada y atrapando a los peces a través de su malla, se recoge tirando desde la tierra para que poco a poco se vaya cerrando sobre sí misma hasta que, poco a poco, llegue al suelo con todas las capturas realizadas. Pertenecen a este tipo redes estructuras como las sacadas, barquías o rapetones.
Redes de tiro con copo
La red de tiro con copo tiene un funcionamiento prácticamente idéntico a la que hemos explicado en el apartado anterior. Es una variante de la red sencilla de tiro que cuenta con un añadido en forma de “apéndice”. Posee en la parte central una prolongación, conocida como copo, que sirve para retener mucho mejor a los peces que quedan enredados en su parte central. Gracias a esto, se asegura de que los atrapados en esa zona no puedan escaparse, algo que, aunque en raras ocasiones, ocurre con el resto.
En cuanto a la recogida y extracción, es idéntica a la anterior. Desde la costa, operada por varias personas que se encarguen de recoger, o desde una embarcación también a través de un equipo humano o de un mecanismo de extracción, se tira de los cabos conectados a las boyas de los extremos para que vuelvan hacia tierra y traigan consigo tanto la malla como todas las capturas conseguidas con ella. Aquí, el pescador puede encontrar las jábegas, los boliches o los sedales.
Redes de batir
Las redes de batir suelen usarse con varias embarcaciones y tienen un mecanismo de utilización bastante simple. Cuando se encuentra un banco de peces, dos o más embarcaciones se ponen a los lados y extienden la red entre ellas para avanzar y atravesar el banco atrapando a todas las piezas posibles con este tipo de red.
El lance, de hecho, se realiza desde los mismos barcos. Hay que moverse con rapidez, ya que los bancos tienden a dispersarse o a salir ahuyentados por el sonido y movimiento de las lanchas que se emplean; pero a cambio se obtiene un resultado al momento, además de tratarse de una opción mucho más activa que pasiva. Visgales y trabuquetes son los ejemplos más claros de esta categoría.
Redes con armazones
Las redes con armazones son pasivas, es decir, se dejan colocadas en el agua; pero cuentan con un refuerzo que puede ser de madera o incluso metálico para resistir cargas mucho mayores y recoger mayores cantidades de pescado. Se usan como las flotantes tradicionales, pero cuentan con ese cambio en su estructura que las hace mucho más resistentes y pesadas. En esta categoría tenemos los velos, los cercotes, las fueras, los atajos y las samaruqueras, entre otras tantas.
Redes mixtas o compuestas
La red mixta o compuesta se caracteriza por tener una parte de trasmallo y, en su zona superior, un paño único que puede formar parte del central o ser otro completamente separado. El trasmallo, por su parte, es un conjunto de tres paños de red que se superponen en fila, siendo los laterales del mismo tamaño y malla, mientras que el que se encuentra en el centro es de mayores dimensiones.
En este tipo de redes, los peces pasan por la primera parte, quedan encerrados en el otro lateral y acaban embolsados en el paño central. La parte superior, propia de las redes mixtas, no hace más que cortar el paso a los peces, que descienden y se topan con las otras tres superpuestas para, finalmente, acabar atrapados.
Normalmente, se lanzan al mar al amanecer y quedan ancladas al suelo gracias a un lastre, con boyas en la parte superior para distinguir su ubicación y para mantenerse a flote. En esta categoría, tenemos los cedazos, las traíñas, los trasmallos, las saltadas y otras muchas más.
Vídeo: ¿Cómo hacer una red de pesca?
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