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El tiburón, hábitat y morfología
El tiburón, conocido como escualo o, de forma más específica, como selaquimorfo, es una extensa familia de peces cartilaginosos que se caracteriza por estar constituida por depredadores y por una variedad de especies con infinidad de características y tamaños distintos. Desde el más que famoso y temido tiburón blanco (gran parte de culpa la tiene el cine) hasta el sarda, capaz de colarse en agua dulce o el ballena, conocido como el pez más grande de todos, esta rama de criaturas acuáticas alberga más de 380 especies distintas.
En España, las especies que podemos encontrar son la tintorera, el cazón y la pintarroja. Estas criaturas son proclives a vivir en zonas de aguas frías, por lo que el mar Mediterráneo no es el más adecuado para encontrarlas, además de por la presencia humana, que suele asustarlos. No obstante, si nos desplazamos al Cantábrico o incluso a las costas del Atlántico, sí podemos encontrar especímenes de cualquiera de estas tres subfamilias; siendo el Estrecho de Gibraltar el lugar donde es más frecuente verlos, junto con otras especies poco habituales de nuestra zona.
Aunque hemos citado tres especies distintas, todas poseen una serie de rasgos comunes: tienen un cuerpo alargado con dos aletas laterales en la parte delantera y una dorsal vertical que se ha convertido en su parte más representativa por la capacidad de sobresalir por encima del agua. Colores grisáceos, branquias laterales y en ocasiones, una doble fila de dientes con los que agarran fuertemente a sus presas (arenques, meros, jureles, calamares, caballas y a veces hasta aves marinas) son sus rasgos más característicos.
En cuanto a su tamaño, es algo variable en función de la especie. Por ejemplo, mientras que la tintorera puede llegar a superar los 3 metros de longitud en su estado adulto y pesar más de 80 kilogramos, la pintarroja no suele llegar a los 80 centímetros de largo ni en su etapa de mayor madurez.
Por tamaños y pesos, vamos a centrarnos en la tintorera. Es un pez de hábitos migratorios, por lo que no tiene problemas en recorrer grandes distancias en busca de bancos de peces con los que alimentarse; aunque, eso sí, prefiere las aguas frías a pesar de que es capaz de tolerar temperaturas ligeramente superiores a los 21 grados. De hecho, su pesca puede llegar a realizarse incluso en costas mediterráneas, normalmente más cálidas que las atlánticas o cantábricas.
La pesca del tiburón, trucos y consejos que si funcionan
Para pescar tiburones, o más bien tintoreras, hay que asegurarse primero de cebar bien la zona. Con tu embarcación lejos de la costa, tienes que lanzar al mar grandes cantidades de restos de pescados, de calamares o cualquier otra especie marina de la que se alimenten estos escualos. Tras esto, sé paciente, no tardarán demasiado en oler la comida y acercarse a la superficie para darse un festín.
Vídeo: Técnica de pesca de tiburones desde costa ¡Impresionante!
En mitad de todos esos despojos lanzados, debe haber un flotador con un potente anzuelo clavado en la parte inferior. Si dejas en él una buena pieza de calamar (entero, sin cortar) o un pescado azul, la mordida es algo que caerá tarde o temprano, y es ahí cuando hay que hacer acopio de resistencia, porque la tintorera es muy fuerte y muy rápida. De hecho, esta es la razón por la que la pesca más tradicional, la de spinning, apenas se practica cuando se quiere atrapar este tipo de pez.
Es muy importante contar con una embarcación grande para poder albergar a una de estas piezas cuando es atrapada, como también tener a otra persona que pueda ayudar. Nunca se ha de ir a por tintoreras en solitario, ya que su fuerza y peso pueden hacer que caigas al mar si no tienes quien te ayude a tirar y tratar de sacarla. También, ten muy en cuenta el peligro y la potencia de sus fauces cuando la saques del agua. Nada de acercar las manos, usa fórceps de acero o cualquier otro utensilio que puede ayudarte a cogerla y colocarla en un sitio donde no te suponga riesgo alguno.
Hay quienes se animan a probar con el spinning con estos escualos, pero insistimos, nunca en solitario y siempre con los materiales más duros y resistentes. El cebado es el mismo, pero el proceso de captura es mucho más duro, ya que hay que intentar sacar la pieza como a cualquier otro pez, con las notables diferencias de tamaño y fuerza que poseen, además del peligro. Cuando los grupos de tiburones comienzan a comer el cebo lanzado, muerden todo lo que tengan a la vista, incluso si es un pescador que ha caído.
Mejores lugares y materiales para pescar tiburones
Pensando en las tintoreras, el mejor lugar para pescar a estos tiburones se encuentra a un par de kilómetros de la costa, tanto mediterránea como cantábrica. Lejos de las orillas y lejos de la actividad humana es donde se puede encontrar a estos animales moviéndose, sobre todo, en las zonas donde haya corrientes frías, aquellas donde se encuentran mucho más cómodos.
Nadan en profundidades medias y altas, por lo que con algo de cebo será fácil distinguir sus aletas dorsales rompiendo la superficie en poco tiempo. También es muy buena idea buscar lugares donde haya un gran movimiento de especies de tamaño medio, zonas donde la corriente lleve grandes bancos de peces que, probablemente, tendrán detrás grupos de estos escualos deseando almorzar o, más bien, cenar, ya que son criaturas con una gran actividad nocturna gracias a que pueden ver con gran claridad incluso en zonas oscuras.
Ten en mente que el acero es tu amigo, tanto el anzuelo como los últimos metros de la línea de pesca tienen que ser de este material y, además, debes usar quitavueltas para evitar que se rompa por la torsión. Cuando el tiburón muerde y se siente atrapado, se mueve con gran fuerza y realiza muchos giros; por lo que necesitas algo fuerte y extremadamente resistente a estos envites.
Lleva guantes protectores, dado que la piel de estas criaturas es tanto o más áspera que la de una lija; alicates para desanzuelar y unas madres de acero de 200 o incluso 300 libras, que posean una buena cantidad de patillas para los anzuelos. Estos, por cierto, no han de ser demasiado grandes; lo ideal es que tengan forma circular para agarrar bien y facilitar luego la liberación de la presa por parte del pescador.
Una buena cantidad de carnada y plomos de hasta 2 kilos son buena elección en caso de querer ir a fondo para capturar piezas. Usa cebos con peces enteros, ya que el escualo se lanzará a cazarlos como si fueran una presa más, y ármate de paciencia y cautela. Esta pesca puede llevar un buen tiempo y ser peligrosa si no se siguen las pautas adecuadas, como también si no se tiene el equipo adecuado. Recurre a un carrete eléctrico si es posible y cañas de 50 o más libras, aunque en estos casos no es bueno tener líneas completamente de acero, salvo el tramo final y toda la parte que va directa a la boca de la presa.
Vídeo sobre la pesca de tiburones gigantes – El Top 10
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