Salvan la vida de una orca varada en la isla Príncipe de Gales

De nuevo, otro animal marino de grandes dimensiones ha sido encontrado en plena tierra, pero en esta ocasión no se trata de un desastre natural, sino que hablamos de la orca varada en la isla Príncipe de Gales, la cual se ha visto en esta situación debido a un despiste por su parte, pero que por suerte ha quedado en nada y todo gracias a las personas que han estado trabajando incesantemente para mantenerla húmeda hasta que subiese la marea.

Salvan la vida de una orca varada en la isla Príncipe de Gales

Salvan la vida de una orca varada en la isla Príncipe de Gales

Encuentran una orca varada en la isla Príncipe de Gales

Un barco con navegantes procedentes de Alaska que pasaban por la zona de la isla Príncipe de Gales, se encontraron de repente con una imagen poco usual pero que cada vez es más frecuente, concretamente la de una orca varada en la playa.

Se encontraba en una zona rocosa de acceso complicado, y que imposibilitaba trasladar ningún tipo de vehículo o herramienta que él pudiese servir para devolverla al mar.

Su cuerpo estaba en una grieta que tenía al menos unos 6 m de largo, rodeada de rocas y sin la posibilidad de moverse.

Por esa razón, decidieron llamar a la Guardia Costera de Estados Unidos que pudo comprobar que el animal se encontraba aproximadamente a 1,5 m de altura con respecto al nivel del mar en esos momentos, lo que se unía a una localización tan complicada, que en conjunto imposibilitaba que el pobre animal pudiese acceder al agua de nuevo, con lo que su vida empezaba a correr peligro.

Numerosas personas ayudan a la orca y consiguen salvar su vida

Los primeros en acudir para salvar a la orca que se calcula tiene aproximadamente unos 13 años, fue la tripulación del barco procedente de Alaska, que decidieron anclar y desembarcar para empezar a rociar a la ballena con agua de mar.

Jugaban con la ventaja de que el día estaba nublado, lo que permitió que la humedad se mantuviese mejor y que la orca estuviese más fresca hasta que el nivel del mar de nuevo subiese a su altura.

La misma tripulación también se encargó de espantar a las aves que se encontraban en las zonas colindantes y que estaban a la espera de ver cómo la salud de la orca se deterioraba, para proceder a atacar y comérsela viva.

Durante horas estuvieron realizando esta tarea, a la espera de que por la tarde volviese de nuevo a subir la marea, lo que le permitiría la orca flotar de nuevo y regresar al mar.

El capitán, conocido como Sr. Strickland, y su tripulación, escuchaban como la orca llamaba a otras horcas que estaban nadando en el entorno.

Al rato de estar trabajando para salvar al animal, tuvieron la suerte de que llegaron otros botes con más personas que llevaban cubos y otros recipientes para ayudar a rociar a la orca con agua de mar, y se sumaron en el esfuerzo para evitar que la orca se girase diese vueltas sobre sí misma.

Un hecho que marcó la experiencia fue el ver como las lágrimas brotaban de los ojos del animal, el cual estaba evidentemente triste y se entiende que pensaba que iba a morir.

Finalmente llegaron varios funcionarios de la Guardia Costera que se unieron a la tarea, y permitieron a la tripulación del barco de Alaska a poder descansar.

Tras muchas horas de arduo trabajo (aproximadamente unas seis horas), finalmente la marea volvió a subir de nuevo, y aunque al principio se movía con mucha lentitud y sin un rumbo claro, al rato comenzó a espabilarse y pronto empezaría a nadar con una cierta normalidad para volver de nuevo con sus compañeras que todavía la estaban esperando.