¿Dónde pescar en el embalse de Cijara? Mejores lugares de pesca

Mejores lugares de pesca situados en el pantano de Cijara, Badajoz

Todo comenzó con esos comentarios que todos los pescadores oímos en las tertulias de fin de semana.

«Cijara está dando muchos basses, los lucios no son tantos, pero los hay muy grandes, hasta pican en superficie…».

Dicho y hecho. Había que programar una salida de pesca en busca de estos peces. No recuerdo el día exacto de la salida en cuestión. Creo que se trataba de finales de septiembre, pero lo que sí estaba fuera de toda duda era la gran ilusión con la que cuatro pescadores (dos en barca y otros dos a pie, aunque pensábamos turnarnos) nos encaminábamos hacia el embalse de Cijara para dar rienda suelta a nuestra pasión, la pesca deportiva.
Tras los inevitables preparativos de todos los aperos y aparejos, ese gusanillo que todos sentimos en el viaje hacia el escenario de pesca se iba haciendo patente. Según llegamos, nos encontramos con los primeros pescadores y las típicas conversaciones sobre el fin de semana anterior, en el que se habían dado muy bien los basses, todo lo contrario que el lucio si pescabas desde orilla y con no demasiadas posibilidades en aguas abiertas. Cijara ha soportado una presión de pesca importante en los últimos meses, no en vano se encuentra a una distancia razonable de Madrid, y mucho más cerca de provincias tan «pescadoras» como Toledo. Aún así, la pesca no parece resentirse, más bien al contrario.

Mapa de los mejores lugares de pesca en el pantano de Cijara

Si conoces otros lugares donde pescar en el embalse de Cijara puedes dejarlos en los comentarios, gracias! ?

Técnicas de pesca empleadas en el pantano de Cijara

Dado que la temperatura ambiente no era demasiado elevada para las fechas en las que nos encontrábamos, parecía posible invertir una gran cantidad del día en la utilización de señuelos de superficie, poppers, «hélices» y buzzers, principalmente. Estos peces del Guadiana están especialmente predispuestos a atacar este tipo de señuelos de superficie, o por lo menos así lo pensamos por otras experiencias anteriores en las que la pesca en poca agua, además de espectacular y divertida como ninguna, era la más efectiva.

Se debe escudriñar lentamente cada metro de terreno, incluso repitiendo el lance si nos ha quedado la más mínima duda. El hecho es que comenzamos a pescar y no tardamos en conseguir las primeras capturas, pequeños basses que rondaban los 25 cm y un único lucio que quizá llegara al kilo de peso. A medida que avanzaba el día, cada vez parecía más difícil conseguir capturas en estas aguas someras, y no sólo de lucios, también el bass comenzaba a retirarse a aguas profundas y lejanas de la orilla. Además, y aunque abundantes, los basses parecían muy metidos en los árboles y matojos sumergidos, pues un error en el lance de apenas unas decenas de centímetros era la diferencia entre provocar picadas o no conseguir ninguna respuesta. La temperatura no era elevada y esta retirada de las orillas, más propia del pleno estío nos sorprendía.

Intentamos buscar otras zonas, muy a nuestro pesar, pues las orillas someras y llenas de vegetación eran de los más sugerentes, y empezamos a pescar puntas de piedra y orillas más profundas. En estos escenarios, cerca de los viaductos, por los alrededores de Santa Quiteria, y dada la mayor profundidad, parecía posible que pescáramos algún ejemplar de más talla, pero se hacían de rogar. Transcurridas más de dos horas desde nuestro cambio de estrategia, apenas habíamos logrado tres basses que rondaban el medio kilo, y trabajando lo nuestro con unos vinilos que imitaban a cangrejos. En lo que se refiere a los lucios, ya lo dábamos por perdido hasta las últimas horas del día. Es probable que se hubieran desplazado a aguas muy profundas.

¿Que tipo de peces hay en el pantano de Cijara?

Nos cruzamos con otras barcas y algunos pescadores de orilla, y por aquello del «mal de muchos, consuelo de…» nos encontramos algo mejor de ánimo. Algunos apenas habían tocado la pesca. También es cierto que otros habían capturado varias docenas de ejemplares, pero nadie había conseguido un solo bass por encima del kilo de peso. Parece mentira que con tal cantidad de picadas, no seamos capaces de capturar ningún pez de talla, por lo que cambiamos de nuevo de tipo de orilla y buscamos zonas con mucha vegetación y profundidad en torno a los cuatro metros. Es posible que la unión de estos dos factores nos permitan mejores resultados. ¡En algún sitio tienen que estar!

Las primeras capturas se encargan de proporcionarnos algunas nociones acerca de lo que más tarde confirmaríamos, y es que estos bases regurgitaban pequeñas percasoles en la mano mientras los desanzuelábamos, y parecía el único alimento que tenían; ni cangrejos, ni bogas. Comenzamos a emplear crankbaits de medias aguas en tonos anaranjados… y comenzó el espectáculo. Los basses se encontraban suspendidos en medias aguas (quizá en un par de metros) y bastante alejados de la orilla, con lo que, una vez localizados, pudimos comenzar a pescar casi en cada lance. En apenas un par de horas, clavamos más de veinte, pero todos iguales. Ni siquiera uno sobrepasaba el medio kilo de peso. El caso es que, con tanto movimiento, no parecía lógico que nos quejáramos.

Los lucios atacan de nuevo en Cijara

Pesca embalse cijara badajoz Con apenas un par de horas de luz por delante, quedaba la asignatura pendiente de intentar capturar algún lucio de buen tamaño. De nuevo nos desplazamos a una zona con mayor profundidad y grandes rocas sueltas formando grietas en las que preveíamos la posibilidad de algún gran ejemplar. La técnica elegida fue jigging con señuelos de vinilo. Esta pesca es muy lenta, incluso aburrida, si la comparamos con la superficie, pero tiene el aliciente de la posibilidad de obtener grandes capturas. Es imprescindible escudriñar lentamente cada metro de terreno, incluso repitiendo el lance si nos ha quedado la más mínima duda. De esta forma, obtuvimos pocas picadas, a decir verdad, sólo dos, pero una de ellas se correspondía a un lucio cercano a los cinco kilos que desgraciadamente se desclavó justo cuando ya lo teníamos al alcance de la mano. El otro era un joven «lapicero» de cuarenta o cincuenta centímetros, impropio de estas profundas paredes con más de media docena de metros de profundidad.

Un embalse con mucho juego

Cijara cumplió con las expectativas que nos había llevado hasta sus aguas: un fantástico entorno y mucha pesca

Es cierto que se echa de menos la captura de peces realmente grandes, sobre todo en cuanto al bass, pues lucios de alrededor de ocho kilos sí salen con relativa frecuencia. Además, y teniendo en cuenta su extenso perímetro, soporta perfectamente la presión de muchas barcas y todos los pescadores de orilla que queramos. Sin duda es un embalse al que volveremos con frecuencia, siempre cabe la sorpresa en un lugar como éste.

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